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Portfolio Manuel Iglesias Otero Xondo

Portfolio Manuel Iglesias Otero Xondo

"Resumen biográfico sacado del libro Xondo Clásico y su Desnaturalismo . Nace en 1953 en Xondo - Touro (A Coruña). Participa a los diez años en un concurso de dibujo organizado en Vigo por una caja de ahorros, y, a los diecisiete, se instala en Barcelona. El panorama artístico de esta ciudad, unido a pequeñas estancias en localidades francesas, Madr"

...nuel Iglesias Otero Xondo
...nuel Iglesias Otero Xondo
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Agregó 25 Diciembre 2009
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Resumen biográfico sacado del libro Xondo Clásico y su Desnaturalismo.


Nace en 1953 en Xondo - Touro (A Coruña). Participa a los diez años en un concurso de dibujo organizado en Vigo por una caja de ahorros, y, a los diecisiete, se instala en Barcelona. El panorama artístico de esta ciudad, unido a pequeñas estancias en localidades francesas, Madrid, Figueras…  conforman su vocación de pintor.

Después de un largo andar artístico, organiza en Girona una exitosa muestra de su obra, que recuerda como la primera exposición pública seria de su carrera. Sobre ella ponen su atención todos los medios informativos de la ciudad, registrando diversas críticas que podemos resumir en:

Marta Déu y J.V.G.: “Su obra evidencia su gran capacidad creativa en estilos muy distintos y exigentes. Nos muestra la base de una formación académica con una profundidad seria y consciente de quien sabe que el arte es ante todo trabajo”.

Aluden, asimismo, a sus portentosas dotes de dibujante, y señalan que “en las obras expuestas se detecta una intención de dejar la figuración para derivar en una pintura subjetiva, a caballo entre el idealismo y la imaginación, para crear nuevas formas visuales en las que la fuerza del color lo invade todo; y acaban asegurando que es un perfecto conocedor de las interioridades del mundo artístico, con un horizonte suficientemente amplio como para explicar el qué y el porqué de su pintura fundamentalmente bien hecha, cuidadosamente elaborada, y con una proyección que nos parece perfecta y nos abre interesantes horizontes a nuestras propias expectativas sobre la pintura”.

Años después, Carmen Simón escribiría: “En todas sus obras encontramos la esencia humana de la libertad, sin medidas ni coacciones, a pesar de estar apresados en la propia realidad. Los seres humanos, en su debilidad, hacen de Xondo un protector de su propia creación. Simboliza con billetes de banco auténticos -sin precedentes, por cierto, en la historia de la pintura- el mundo material unido por un cordón umbilical invisible al mundo espiritual, recreado a través de la maternidad o el cristianismo”.

Y Corral Díaz: “La obra de Xondo se concibe como una mirada a la libertad del ser humano. Cada observador verá en las diferentes verdades encubiertas, fruto de la experiencia del artista y de su imaginación, un momento de su propia vida. La interpretación y la valoración sólo pueden realizarse después de contemplar el total de la obra, sin prisa y con delicadeza”.

Estas últimas palabras también retratan el Xondo actual, que todavía afirma que ni las más bellas ideas le merecen respeto si esclavizan al individuo lo más mínimo, y que su obra es el manifiesto de sí mismo. Sintetiza su primero periodo cronológico en una obra titulada “Tercera Edad”, de un dibujo inmejorable. Esta obra será subastada más tarde por la sala Durán de Madrid, cuando su autor apenas cuenta con treinta años. Este acontecimiento, unido a otras obras que catalogará posteriormente en la misma sala Durán, la sala Berkowitsch, etc., lo recuerda Xondo como uno “casi nada”, al ver su nombre impreso con el de Rivera, Picasso, Dalí, Goya, Laxeiro…

Alterna nuevas exposiciones en Barcelona y provincia con pequeñas estancias en Madrid, que utiliza para estudiar mejor las técnicas de los barrocos y los impresionistas.

Corre el año 1984. En el Liceo de Ourense realiza su primera y larga serie de exposiciones en las provincias gallegas. Esta vez muestra un paquete de técnicas mixtas -con billetes de banco auténticos, usados por primera vez, que se sepa,  formando parte de la composición. Con estas obras simboliza las preocupaciones materiales en fusión con las espirituales.

Alvarado escribiría: “en donde un dibujo basado en el simbolismo y la abstracción recuerda a los primeros maestros del abstracto”. Esta producción generó una serie de polémicas e incidentes, que vamos a reservar para una biografía más extensa.

Este mismo año se instala en Madrid con el propósito de conocer hasta el último secreto que guardan las técnicas de Velázquez. Problemas económicos le imponen nuevamente (para subsistir, en ocasiones recurre al retrato) la realización de algunos retratos -esta vez, a famosos artistas del espectáculo-, así como el estudio del pueblo maragato, para luego pintarlo en telas de gran tamaño y con ejecución libre. Este encargo se lo hace Don Evaristo García para exhibirlo en una sede administrativa que inaugurarán los reyes de España, poseedores también de un cuadro de nuestro ya renombrado artista, eso sí, sólo en algunos círculos en los que a é le conviene serlo. La fama la define Xondo como “una peste que, inevitablemente, acaba atrapando a todos los que olfatean su territorio”.

Durante un tiempo, un bueno número de embajadores y altos funcionarios absorben parte de su obra, propiciándole, de esta manera, su distribución por numerosos países de los cinco continentes, al tiempo que le brindan plataformas de exposición en las capitales de éstos.

En 1986, observa en su pintura un afloramiento de formas rígidas, reflejo del agobio que le produce el dinamismo urbano. En seguida remedia este mal trasladándose a Coruña para construir, con sus propias manos y sin ninguna experiencia, la casa taller que hoy habita, situada en un monte de Malpica.

Entre 1986 y 1996 realiza una obra pletórica, surrealista, llena de simbolismos y romanticismos, con una mancha deliciosa. Títulos de esta etapa son: “Elementos”, “Xogo de damas”, “Naufragio”, “Tempestá na Costa da Morte”, “Gaviotas”, “Marcha do xantar”, “Arca de Noé”, “Rapto”, “Galicia”, “Adán y sus Evas”, ”Frutos de aquí para la eternidad”, “Creación de Eva” y un largo etcétera, cuyo análisis ocuparía volúmenes. Esta producción se exhibió en varias ciudades gallegas y en Londres, y en exposiciones personales en ciudades españolas y europeas.

Desde hace unos años, en un solitario proceso evolutivo, configura una obra puramente xondiana, con un estilo innovador, impulsivo y vital, que convertirá su obra en paradigma del nuevo arte. Por sus caracteres, el autor decide registrarla como “Desnaturalismo”, ya que sus protagonistas reflejan la metamorfosis o, en algunos casos, la extinción a la que están destinados los seres animales debido a la acción del depredador rey, que es el hombre. Observándola, nos encontramos a solas con un joven mundo visual, creado por él, en el que no hay modelos apriorísticos ni épocas ideales a imitar. El artista se excede en su obra, de ahí la grandeza y genio de este gallego universal.

Es admirable la firmeza con la que ejecuta, sin dibujo previo, sus curvas encadenadas y yuxtapuestas, tejiendo una especie de seres cibernéticos, metálicos y humanos al mismo tiempo, como si quisiera mostrarnos un retrato del hombre del futuro, usando un cromatismo sin concesiones a lo meramente bonito, pero que pone de manifiesto sus dotes de colorista -con una mancha libre y precisa-, y de dibujante de juicio perfecto. Sus geniales creaciones las encontró en su propio ego y en la introspección de su alma, que, a manera de espejo, le refleja parte del alma universal de todos los hombres y los comportamientos que generan las pasiones que en ella se relacionan. Es ésta una obra propia de un artista tremendamente inventor, moderno e intemporal, apasionado y temperamental, intimista, genio diferente, de personalidad arrolladora, artista referencial para iniciar, sin más disertaciones, el discurso plástico hasta la modernidad.

La nueva obra la mostró personalmente, y con resultados impactantes, en América del Norte: Washington, Nova York, Chicago, Los Ángeles, San Francisco, San Diego, Las Vegas y Dallas. Posteriormente, viajó con ella a Venezuela y Colombia.

Motivado por su profundo asco y desprecio que a lo largo de su vida chocó (palabras textuales suyas) con políticos y toda especie de fulleros, se mueve por el mundo en promoción gracias a adquisiciones personales, principalmente de empresarios gallegos. La última muestra pública se vio en Galicia en el Monasterio de S. Esteban de Rivas del Sil.

Bibliográficamente, su obra figura en muchas publicaciones artísticas y enciclopédicas, como la Gran Enciclopedia Gallega.

En el ámbito literario, escribió un ensayo en clave de humor y poesía, del que algunos poemas aparecen publicados en libros de arte.

 

Manuel Iglesias Otero (XONDO) es un pintor gallego. Nace en 1953 en Xondo - Touro (A Coruña). Participa a los diez años en un concurso de dibujo organizado en Vigo por una caja de ahorros, y, a los diecisiete, se instala en Barcelona. El panorama artístico de esta ciudad, unido a pequeñas estancias en localidades francesas, Madrid, Figueras…  conforman su vocación de pintor.

Después de un largo andar artístico, organiza en Girona una exitosa muestra de su obra, que recuerda como la primera exposición pública seria de su carrera. Sobre ella ponen su atención todos los medios informativos de la ciudad, registrando diversas críticas que podemos resumir en:

Marta Déu y J.V.G.: “Su obra evidencia su gran capacidad creativa en estilos muy distintos y exigentes. Nos muestra la base de una formación académica con una profundidad seria y consciente de quien sabe que el arte es ante todo trabajo”.

Aluden, asimismo, a sus portentosas dotes de dibujante, y señalan que “en las obras expuestas se detecta una intención de dejar la figuración para derivar en una pintura subjetiva, a caballo entre el idealismo y la imaginación, para crear nuevas formas visuales en las que la fuerza del color lo invade todo; y acaban asegurando que es un perfecto conocedor de las interioridades del mundo artístico, con un horizonte suficientemente amplio como para explicar el qué y el porqué de su pintura fundamentalmente bien hecha, cuidadosamente elaborada, y con una proyección que nos parece perfecta y nos abre interesantes horizontes a nuestras propias expectativas sobre la pintura”.

Años después, Carmen Simón escribiría: “En todas sus obras encontramos la esencia humana de la libertad, sin medidas ni coacciones, a pesar de estar apresados en la propia realidad. Los seres humanos, en su debilidad, hacen de Xondo un protector de su propia creación. Simboliza con billetes de banco auténticos -sin precedentes, por cierto, en la historia de la pintura- el mundo material unido por un cordón umbilical invisible al mundo espiritual, recreado a través de la maternidad o el cristianismo”.

Y Corral Díaz: “La obra de Xondo se concibe como una mirada a la libertad del ser humano. Cada observador verá en las diferentes verdades encubiertas, fruto de la experiencia del artista y de su imaginación, un momento de su propia vida. La interpretación y la valoración sólo pueden realizarse después de contemplar el total de la obra, sin prisa y con delicadeza”.

Estas últimas palabras también retratan el Xondo actual, que todavía afirma que ni las más bellas ideas le merecen respeto si esclavizan al individuo lo más mínimo, y que su obra es el manifiesto de sí mismo. Sintetiza su primero periodo cronológico en una obra titulada “Tercera Edad”, de un dibujo inmejorable. Esta obra será subastada más tarde por la sala Durán de Madrid, cuando su autor apenas cuenta con treinta años. Este acontecimiento, unido a otras obras que catalogará posteriormente en la misma sala Durán, la sala Berkowitsch, etc., lo recuerda Xondo como uno “casi nada”, al ver su nombre impreso con el de Rivera, Picasso, Dalí, Goya, Laxeiro…

Alterna nuevas exposiciones en Barcelona y provincia con pequeñas estancias en Madrid, que utiliza para estudiar mejor las técnicas de los barrocos y los impresionistas.

Corre el año 1984. En el Liceo de Ourense realiza su primera y larga serie de exposiciones en las provincias gallegas. Esta vez muestra un paquete de técnicas mixtas -con billetes de banco auténticos, usados por primera vez, que se sepa,  formando parte de la composición. Con estas obras simboliza las preocupaciones materiales en fusión con las espirituales.

Alvarado escribiría: “en donde un dibujo basado en el simbolismo y la abstracción recuerda a los primeros maestros del abstracto”. Esta producción generó una serie de polémicas e incidentes, que vamos a reservar para una biografía más extensa.

Este mismo año se instala en Madrid con el propósito de conocer hasta el último secreto que guardan las técnicas de Velázquez. Problemas económicos le imponen nuevamente (para subsistir, en ocasiones recurre al retrato) la realización de algunos retratos -esta vez, a famosos artistas del espectáculo-, así como el estudio del pueblo maragato, para luego pintarlo en telas de gran tamaño y con ejecución libre. Este encargo se lo hace Don Evaristo García para exhibirlo en una sede administrativa que inaugurarán los reyes de España, poseedores también de un cuadro de nuestro ya renombrado artista, eso sí, sólo en algunos círculos en los que a é le conviene serlo. La fama la define Xondo como “una peste que, inevitablemente, acaba atrapando a todos los que olfatean su territorio”.

Durante un tiempo, un bueno número de embajadores y altos funcionarios absorben parte de su obra, propiciándole, de esta manera, su distribución por numerosos países de los cinco continentes, al tiempo que le brindan plataformas de exposición en las capitales de éstos.

En 1986, observa en su pintura un afloramiento de formas rígidas, reflejo del agobio que le produce el dinamismo urbano. En seguida remedia este mal trasladándose a Coruña para construir, con sus propias manos y sin ninguna experiencia, la casa taller que hoy habita, situada en un monte de Malpica.

Entre 1986 y 1996 realiza una obra pletórica, surrealista, llena de simbolismos y romanticismos, con una mancha deliciosa. Títulos de esta etapa son: “Elementos”, “Xogo de damas”, “Naufragio”, “Tempestá na Costa da Morte”, “Gaviotas”, “Marcha do xantar”, “Arca de Noé”, “Rapto”, “Galicia”, “Adán y sus Evas”, ”Frutos de aquí para la eternidad”, “Creación de Eva” y un largo etcétera, cuyo análisis ocuparía volúmenes. Esta producción se exhibió en varias ciudades gallegas y en Londres, y en exposiciones personales en ciudades españolas y europeas.

Desde hace unos años, en un solitario proceso evolutivo, configura una obra puramente xondiana, con un estilo innovador, impulsivo y vital, que convertirá su obra en paradigma del nuevo arte. Por sus caracteres, el autor decide registrarla como “Desnaturalismo”, ya que sus protagonistas reflejan la metamorfosis o, en algunos casos, la extinción a la que están destinados los seres animales debido a la acción del depredador rey, que es el hombre. Observándola, nos encontramos a solas con un joven mundo visual, creado por él, en el que no hay modelos apriorísticos ni épocas ideales a imitar. El artista se excede en su obra, de ahí la grandeza y genio de este gallego universal.

Es admirable la firmeza con la que ejecuta, sin dibujo previo, sus curvas encadenadas y yuxtapuestas, tejiendo una especie de seres cibernéticos, metálicos y humanos al mismo tiempo, como si quisiera mostrarnos un retrato del hombre del futuro, usando un cromatismo sin concesiones a lo meramente bonito, pero que pone de manifiesto sus dotes de colorista -con una mancha libre y precisa-, y de dibujante de juicio perfecto. Sus geniales creaciones las encontró en su propio ego y en la introspección de su alma, que, a manera de espejo, le refleja parte del alma universal de todos los hombres y los comportamientos que generan las pasiones que en ella se relacionan. Es ésta una obra propia de un artista tremendamente inventor, moderno e intemporal, apasionado y temperamental, intimista, genio diferente, de personalidad arrolladora, artista referencial para iniciar, sin más disertaciones, el discurso plástico hasta la modernidad.

La nueva obra la mostró personalmente, y con resultados impactantes, en América del Norte: Washington, Nova York, Chicago, Los Ángeles, San Francisco, San Diego, Las Vegas y Dallas. Posteriormente, viajó con ella a Venezuela y Colombia.

Motivado por su profundo asco y desprecio que a lo largo de su vida chocó (palabras textuales suyas) con políticos y toda especie de fulleros, se mueve por el mundo en promoción gracias a adquisiciones personales, principalmente de empresarios gallegos. La última muestra pública se vio en Galicia en el Monasterio de S. Esteban de Rivas del Sil.

Bibliográficamente, su obra figura en muchas publicaciones artísticas y enciclopédicas, como la Gran Enciclopedia Gallega.

En el ámbito literario, escribió un ensayo en clave de humor y poesía, del que algunos poemas aparecen publicados en libros de arte.

Manuel Iglesias Otero (XONDO) es un pintor gallego. Nace en 1953 en Xondo - Touro (A Coruña). Participa a los diez años en un concurso de dibujo organizado en Vigo por una caja de ahorros, y, a los diecisiete, se instala en Barcelona. El panorama artístico de esta ciudad, unido a pequeñas estancias en localidades francesas, Madrid, Figueras…  conforman su vocación de pintor.

 

Después de un largo andar artístico, organiza en Girona una exitosa muestra de su obra, que recuerda como la primera exposición pública seria de su carrera. Sobre ella ponen su atención todos los medios informativos de la ciudad, registrando diversas críticas que podemos resumir en:

Marta Déu y J.V.G.: “Su obra evidencia su gran capacidad creativa en estilos muy distintos y exigentes. Nos muestra la base de una formación académica con una profundidad seria y consciente de quien sabe que el arte es ante todo trabajo”.

Aluden, asimismo, a sus portentosas dotes de dibujante, y señalan que “en las obras expuestas se detecta una intención de dejar la figuración para derivar en una pintura subjetiva, a caballo entre el idealismo y la imaginación, para crear nuevas formas visuales en las que la fuerza del color lo invade todo; y acaban asegurando que es un perfecto conocedor de las interioridades del mundo artístico, con un horizonte suficientemente amplio como para explicar el qué y el porqué de su pintura fundamentalmente bien hecha, cuidadosamente elaborada, y con una proyección que nos parece perfecta y nos abre interesantes horizontes a nuestras propias expectativas sobre la pintura”.

Años después, Carmen Simón escribiría: “En todas sus obras encontramos la esencia humana de la libertad, sin medidas ni coacciones, a pesar de estar apresados en la propia realidad. Los seres humanos, en su debilidad, hacen de Xondo un protector de su propia creación. Simboliza con billetes de banco auténticos -sin precedentes, por cierto, en la historia de la pintura- el mundo material unido por un cordón umbilical invisible al mundo espiritual, recreado a través de la maternidad o el cristianismo”.

Y Corral Díaz: “La obra de Xondo se concibe como una mirada a la libertad del ser humano. Cada observador verá en las diferentes verdades encubiertas, fruto de la experiencia del artista y de su imaginación, un momento de su propia vida. La interpretación y la valoración sólo pueden realizarse después de contemplar el total de la obra, sin prisa y con delicadeza”.

Estas últimas palabras también retratan el Xondo actual, que todavía afirma que ni las más bellas ideas le merecen respeto si esclavizan al individuo lo más mínimo, y que su obra es el manifiesto de sí mismo. Sintetiza su primero periodo cronológico en una obra titulada “Tercera Edad”, de un dibujo inmejorable. Esta obra será subastada más tarde por la sala Durán de Madrid, cuando su autor apenas cuenta con treinta años. Este acontecimiento, unido a otras obras que catalogará posteriormente en la misma sala Durán, la sala Berkowitsch, etc., lo recuerda Xondo como uno “casi nada”, al ver su nombre impreso con el de Rivera, Picasso, Dalí, Goya, Laxeiro…

Alterna nuevas exposiciones en Barcelona y provincia con pequeñas estancias en Madrid, que utiliza para estudiar mejor las técnicas de los barrocos y los impresionistas.

Corre el año 1984. En el Liceo de Ourense realiza su primera y larga serie de exposiciones en las provincias gallegas. Esta vez muestra un paquete de técnicas mixtas -con billetes de banco auténticos, usados por primera vez, que se sepa,  formando parte de la composición. Con estas obras simboliza las preocupaciones materiales en fusión con las espirituales.

Alvarado escribiría: “en donde un dibujo basado en el simbolismo y la abstracción recuerda a los primeros maestros del abstracto”. Esta producción generó una serie de polémicas e incidentes, que vamos a reservar para una biografía más extensa.

Este mismo año se instala en Madrid con el propósito de conocer hasta el último secreto que guardan las técnicas de Velázquez. Problemas económicos le imponen nuevamente (para subsistir, en ocasiones recurre al retrato) la realización de algunos retratos -esta vez, a famosos artistas del espectáculo-, así como el estudio del pueblo maragato, para luego pintarlo en telas de gran tamaño y con ejecución libre. Este encargo se lo hace Don Evaristo García para exhibirlo en una sede administrativa que inaugurarán los reyes de España, poseedores también de un cuadro de nuestro ya renombrado artista, eso sí, sólo en algunos círculos en los que a é le conviene serlo. La fama la define Xondo como “una peste que, inevitablemente, acaba atrapando a todos los que olfatean su territorio”.

Durante un tiempo, un bueno número de embajadores y altos funcionarios absorben parte de su obra, propiciándole, de esta manera, su distribución por numerosos países de los cinco continentes, al tiempo que le brindan plataformas de exposición en las capitales de éstos.

En 1986, observa en su pintura un afloramiento de formas rígidas, reflejo del agobio que le produce el dinamismo urbano. En seguida remedia este mal trasladándose a Coruña para construir, con sus propias manos y sin ninguna experiencia, la casa taller que hoy habita, situada en un monte de Malpica.

Entre 1986 y 1996 realiza una obra pletórica, surrealista, llena de simbolismos y romanticismos, con una mancha deliciosa. Títulos de esta etapa son: “Elementos”, “Xogo de damas”, “Naufragio”, “Tempestá na Costa da Morte”, “Gaviotas”, “Marcha do xantar”, “Arca de Noé”, “Rapto”, “Galicia”, “Adán y sus Evas”, ”Frutos de aquí para la eternidad”, “Creación de Eva” y un largo etcétera, cuyo análisis ocuparía volúmenes. Esta producción se exhibió en varias ciudades gallegas y en Londres, y en exposiciones personales en ciudades españolas y europeas.

Desde hace unos años, en un solitario proceso evolutivo, configura una obra puramente xondiana, con un estilo innovador, impulsivo y vital, que convertirá su obra en paradigma del nuevo arte. Por sus caracteres, el autor decide registrarla como “Desnaturalismo”, ya que sus protagonistas reflejan la metamorfosis o, en algunos casos, la extinción a la que están destinados los seres animales debido a la acción del depredador rey, que es el hombre. Observándola, nos encontramos a solas con un joven mundo visual, creado por él, en el que no hay modelos apriorísticos ni épocas ideales a imitar. El artista se excede en su obra, de ahí la grandeza y genio de este gallego universal.

Es admirable la firmeza con la que ejecuta, sin dibujo previo, sus curvas encadenadas y yuxtapuestas, tejiendo una especie de seres cibernéticos, metálicos y humanos al mismo tiempo, como si quisiera mostrarnos un retrato del hombre del futuro, usando un cromatismo sin concesiones a lo meramente bonito, pero que pone de manifiesto sus dotes de colorista -con una mancha libre y precisa-, y de dibujante de juicio perfecto. Sus geniales creaciones las encontró en su propio ego y en la introspección de su alma, que, a manera de espejo, le refleja parte del alma universal de todos los hombres y los comportamientos que generan las pasiones que en ella se relacionan. Es ésta una obra propia de un artista tremendamente inventor, moderno e intemporal, apasionado y temperamental, intimista, genio diferente, de personalidad arrolladora, artista referencial para iniciar, sin más disertaciones, el discurso plástico hasta la modernidad.

La nueva obra la mostró personalmente, y con resultados impactantes, en América del Norte: Washington, Nova York, Chicago, Los Ángeles, San Francisco, San Diego, Las Vegas y Dallas. Posteriormente, viajó con ella a Venezuela y Colombia.

Motivado por su profundo asco y desprecio que a lo largo de su vida chocó (palabras textuales suyas) con políticos y toda especie de fulleros, se mueve por el mundo en promoción gracias a adquisiciones personales, principalmente de empresarios gallegos. La última muestra pública se vio en Galicia en el Monasterio de S. Esteban de Ribas del Sil.

Bibliográficamente, su obra figura en muchas publicaciones artísticas y enciclopédicas, como la Gran Enciclopedia Gallega.

En el ámbito literario, escribió un ensayo en clave de humor y poesía, del que algunos poemas aparecen publicados en libros de arte.

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